No hay dos sin tres. Este popular refrán tiene su origen, según algunas fuentes, en la escuela de Pitágoras e indica que la manifestación de una dualidad no ha cerrado su ciclo hasta cerrar la conjunción de ambas tendencias hasta conseguir el equilibrio con un tercer punto que suele representarse con un triángulo equilátero. Se puede utilizar en sentido negativo o en positivo, como es el caso que ocupa y que afecta a una circunstancia que felizmente se está produciendo en el Sporting.
Miguel Ángel Ramírez no ocultó el pasado verano que tres futbolistas no entraban en sus planes. Eran los casos de Víctor Campuzano, Christian Rivera y Fran Villalba. A los tres se les recomendó buscar equipo y de los tres, el caso más cruel fue el que correspondió al delantero catalán, que no llegó a participar un solo minuto con el equipo en la pretemporada. El gijonés y el valenciano, en cambio, tuvieron la fortuna de entrar en el reparto de minutos de juego durante el período de preparación.
El mercado de verano se cerró y no se produjo ninguna de estas salidas que el Sporting esperaba, entre otras razones, porque también permitían dejar su sitio en la plantilla para posibles fichajes. Ramírez, como la inmensa mayoría de los entrenadores, recordó que los tres jugadores formaban parte de la plantilla y debían ganarse la opción de entrar en el equipo en cualquier momento…