El paso de Miguel Ángel Ramírez por el Sporting la pasada temporada dejó huella. El técnico del Real Zaragoza devolvió al equipo asturiano a la nobleza de una categoría que, de hecho, estuvo cerca de abandonar rumbo a Primera. En El Molinón, Ramírez coincidió con Gio Zarfino, cuya participación fue escasa por culpa de una lesión de rodilla. “Me sorprendió para bien. Sobre todo, por la forma en que estudia los partidos cuidando al máximo cada detalle. No fue futbolista pero tiene conocimientos muy interesantes. Es un entrenador muy bueno”.
“Va de frente siempre. Personalmente pasé por momentos difíciles por la lesión y él siempre me ayudó. De hecho, en cuanto me vio un poco bien me metió sin dudarlo. Se portó como una gran persona en todos los sentidos y eso habla muy bien de él”.
Para el jugador uruguayo, ahora en las filas del Extremadura, su principal virtud es que “tiene las cosas muy claras. Sabe perfectamente a lo que juega y analiza mucho a los rivales” y subraya, en este sentido, que “no tiene un concepto específico de juego y varía en función del adversario. Entrena en base a lo que va a plantear el otro equipo y durante la semana trabajas con distintos sistemas que el jugador tiene automatizados para recurrir a uno u otro en función del rival. Su diversidad y riqueza táctica son enormes. En el Sporting dejó huella y el equipo y la afición estaban totalmente identificados con ese juego y eso es algo muy difícil de lograr”.…