Miguel Ángel Ramírez (2012-18 en Aspire), que en 2019 fue campeón de la Copa Sudamericana con el ecuatoriano Independiente del Valle, nos hace su diagnóstico de la evolución de Qatar: «La clave fue la llegada de Olabe, pues se crea un departamento de scouting numeroso en el que podíamos captar el talento del país desde edades tempranas y divididos en tres grupos: 7-8 años; luego, los chicos de 8-12 venían a entrenar sólo por las tardes; y a partir de 13-18 años entrenaban ‘full time’ en Aspire, jugando los ‘findes’ en sus clubes. Los entrenadores íbamos a observar esos partidos y los evaluábamos».