Miguel Ángel Ramírez ya tiene escrito el guion a seguir de su equipo en el Carlos Tartiere. Tras una semana «especial», dijo, de trabajo a puerta cerrada en Mareo, explicó ayer que «hemos hablado lo importante que son los detalles en las áreas en estos partidos y de los sólidos que tenemos que ser ahí». «Nos basamos en el juego y el plan de partido establecido, es lo que nos ha llevado a enfocar nuestra energía y nuestros pensamientos», hizo hincapié.
El técnico se mostró tranquilo y confiado en el trabajo realizado. Su mensaje también fue pausado. Con un tono respetuoso se refirió al eterno rival, sin importarle que el Oviedo sea colista: «En un derbi da igual cómo estés y de dónde vengas. Siempre es un duelo distinto».
Pese a solo sumar un punto en lo que va de temporada, para el preparador rojiblanco el Oviedo dio un paso adelante el pasado fin de semana. «Son más sólidos y desde esa solidez generaron más ocasiones de gol. Pudieron transitar mejor y llegaron al área con más facilidad».
El Sporting pierde a Djuka, lo que hace pensar en un cambio de sistema, con tres centrocampistas. Ramírez no solo no desveló su idea, sino que dejó abierta la posibilidad de continuar con dos delanteros: «Tenemos opciones arriba con otros puntas. Tenemos a Campuzano de vuelta, que, después de haber hablado con él, está porque siempre ha estado entrenándose con absoluta normalidad. Hemos alcanzado un compromiso para que sea importante».
Tanto él como la plantilla son conscientes de la importancia del choque del Tartiere. A Ramírez se lo ha recordado algún aficionado. «He salido poco a la calle porque he estado muchas horas en Mareo. Pero la gente no pierde la posibilidad de desearme suerte y de decirme que hay que ganar».
El preparador dejó un mensaje para el sportinguismo. «Intentaremos representar los valores del club. Buscaremos dominar el partido, luchar por cada balón y ser valientes. Queremos que se sientan representados y orgullosos de su equipo».