El ‘soccer’ está viviendo un nuevo ‘baby boom’ en Estados Unidos. Comenzó a abrirse paso a finales de los 70, coincidiendo con los aterrizajes de Franz Beckenbauer y Pelé (New York Cosmos) y de Johan Cruyff (Los Angeles Aztecs y Washington Diplomats) en la NASL.
Resurgió en los 90 con el Mundial de USA’94 y la creación de la Major League Soccer (MLS). La icónica generación liderada por Tony Meola, Alexi Lalas, Tab Ramos, Eric Wynalda, Cobi Jones, Claudio Reyna, John Harkes… generó un gran caldo de cultivo.
La ‘selección de las barras y estrellas’ encadenó siete participaciones consecutivas en Mundiales… hasta que se quedó fuera de 2018. Ahora, a las puertas de albergar (nuevamente) el Mundial 2026, vuelve a repuntar. Sólo Países Bajos le separa de igualar en Qatar 2022 el mejor resultados de su historia: los cuartos de final de Corea y Japón 2002.
«Hemos vivido un ‘boom’ en los últimos años. Antes los chicos anteponían el baloncesto y el fútbol americano y eran las chicas las que jugaban más al ‘soccer», explica Miguel Ángel Ramírez a MARCA. «Todo esto ha cambiado. Se ha ‘becado’ a muchos extranjeros en las Universidades, lo que ha elevado el nivel del jugador local, y se han multiplicado las escuelas por todo el país. Muchos clubes de la MLS, como Philadelphia Union o Austin, han hecho una inversión muy fuerte por el fútbol base», prosigue el exentrenador de Charlotte FC.