Era agosto de 2019 y el Estadio Olímpico Atahualpa de Quito acogía la vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Los locales, Independiente del Valle, una de las «cenicientas» de la competición, recibían a otro Independiente, el de Avellaneda, el conjunto con más Copas Libertadores de América (7). Los argentinos llegaban, además, con ventaja respecto a la ida, al vencer en casa 2-1. Los pronósticos saltaron por los aires. El humilde equipo ecuatoriano, dirigido por Miguel Ángel Ramírez, pudo con «El Rojo» de Sebastián Beccacece (1-0). El Molinón volverá a reunirles cuatro años después.
